PROBLEMAS DE LA ADOLESCENCIA

La adolescencia tiene unos problemas específicos


Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro
y a veces lloro sin querer...

Rubén Darío 


La adolescencia es un período de grandes cambios en la persona y en su estructura social y familiar.

Lo que antes eran niños "manejables" se han convertido en proyectos de adultos, con unas inmensas ganas de reafirmarse.

En muchas ocasiones aparecen problemas completamente diferentes a los que se hayan podido vivir en la niñez, y en otros simplemente se agravan.





AUTOAGRESIONES EN LA ADOLESCENCIA

La autoagresión es un fenómeno cada vez más frecuente entre jóvenes y adolescentes. Comporta varias modalidades, como cortarse, quemarse con un cigarrillo, impedir la cicatrización de heridas o golpearse. El más común es el “cutting”, práctica extendida entre los jóvenes que llegan a colgar videos en youtube sobre este tipo de autolesión.

Esta práctica, también conocida como Síndrome de Automutilación (SAM) o automutilaciones impulsivas, se produce en los momentos en que se incrementa el nivel de angustia de la persona. Puede llegar a cronificarse, en forma de práctica secreta y raramente tiene como objeto el suicidio.



la automutilacion o autoagresion es una practica extendida entre los jovenes

PSICOPATOLOGÍA Y COMORBILIDAD CON OTROS TRASTORNOS PSIQUIÁTRICOS


Este trastorno suele aparecer junto a una patología severa, observándose la existencia de un trastorno límite de la personalidad en un 70-80% de los casos.

La autolesión suele estar relacionada con experiencias traumáticas en la infancia o crisis de identidad en la adolescencia, y aparecen en un contexto de alta impulsividad, un alto grado de ansiedad y manifestaciones frecuentes de ira. Estos pacientes suelen tener baja tolerancia a la frustración, dificultades en el control de impulsos y en muchas ocasiones malas relaciones familiares, así como baja autoestima. 

Presentan pocas habilidades sociales, y en el marco de su pobre autoconcepto, requieren constantemente de la aprobación y muestras de afecto de su entorno, evidenciando una falta de madurez emocional. Igualmente sus pocas destrezas en este ámbito tienen como consecuencia la dificultad para identificar sus propios estados emocionales así como para canalizar la expresión de dichas emociones, especialmente el sentimiento de rabia y de frustración, al que dan salida por medio de las autoagresiones. 

CUTTING

Es el acto de cortarse las muñecas con objetos afilados hasta producirse heridas superficiales. Al principio son cortes muy pequeños, pero paulatinamente se van realizando con mayor frecuencia ante cualquier situación estresante. Respecto a la percepción del dolor “las cortadoras” no tienen sensación de placer ni de dolor, pero describen el acto como una forma de cortar con el dolor psíquico. 

TRATAMIENTO

Dado que la falta de eficacia en la identificación y manejo de las emociones es uno de los puntos clave en el desarrollo de este trastorno, es necesario enseñar a estos jóvenes cómo discriminar entre sus estados emocionales dando una vía de escape adecuada a cada uno de ellos.
 
Otro punto importante del desarrollo de la terapia será el control de la agresividad y manejo de las reacciones de hostilidad y displacer.
Es fundamental reforzar el autoconcepto y enseñarles a aceptar su propia identidad. Igualmente en ocasiones habrá que intervenir sobre el núcleo familiar si es una fuente de conflicto y de ansiedad para el joven.

ADOLESCENTE: UN TORO DIFÍCIL DE LIDIAR


la relación con los adolescentes a veces es complicada
La adolescencia es una etapa de enfrentamiento entre padres e hijos, por una parte ellos se sienten “mayores”, creen que ya están preparados para afrontar la vida y los padres siguen viendo en ellos a sus niños, que inexplicablemente, se vuelven ariscos, rebeldes y que incluso evitan compartir su tiempo, como si se avergonzaran de ellos. Los amigos han tomado protagonismo en sus vidas, y los padres pasan a ser "el enemigo", "los pesados", "los injustos".


Son tiempos difíciles, conviene que los padres recuerden su propia adolescencia. Aquellos tiempos de soledad buscada, el encuentro con la música, los amigos como centro del universo y los padres que considerábamos injustos y autoritarios, y por supuesto, malhumorados, siempre dispuestos a la discusión, a no comprender, a dar órdenes todo el día.


Adoptemos pues otra estrategia: no entrar en todas las batallas. Perderemos la guerra (ellos tienen más energía y una motivación que se llama ganas de descubrir la vida). Habrá que elegir sólo aquellas batallas que consideremos innegociables, y de esta forma también ellos pueden comprender que nuestra actitud no es el no sistemático a sus peticiones.


En estos momentos de conflicto, se nos olvida lo esencial: son nuestros hijos, los queremos y ellos no deben jamás de dejar de saberlo, y a ello añadiremos que les respetamos e incluso comprendemos más cosas de lo que pueden imaginar. El diálogo, el poner de ejemplo nuestra propia experiencia adolescente les puede "hacer caer" en que ellos no están siendo tratados injustamente, que es una etapa de la vida de reivindicación, pero en la que tienen que existir unos límites.

¿DE QUÉ HABLAMOS CON NUESTROS HIJOS ADOLESCENTES?


Quizá, lo primero que se nos venga a la cabeza sean los gritos a causa de las notas o porque el fin de semana ha llegado más tarde de lo habitual a casa. 

Si nos descuidamos, nuestra relación puede reducirse peligrosamente a reconvenciones y críticas...Y, sin embargo, nuestro hijo tiene unas necesidades especiales de comunicación: espera que tomemos la iniciativa, aunque es difícil que lo exponga abiertamente, o que lo asuma sin protestar.

ME SIENTO ORGULLOSO DE TI 


Con esta frase tan simple, ayudamos a construir la autoestima de nuestro hijo. Es probable que se la digamos cuando consigue algún éxito, pero un adolescente la necesita especialmente cuando falla. Estamos orgullosos de él porque es nuestro hijo... y no hacen falta más motivos. Y, sin embargo, muchos adolescentes de hoy en día pueden no tener la suerte de escuchar este mensaje a menudo. 

Deberíamos estar orgullosos de nuestro hijo y reconocerle por lo que es y por los esfuerzos sinceros que hace por mejorar, sin compararle con otros y sin establecer metas arbitrarias como el rendimiento académico, por ejemplo. Sentirse orgulloso de un hijo no depende de lo bueno que sea en el fútbol o las notas que saca.

Puede que resulte difícil estar orgulloso de un hijo cuando toma decisiones equivocadas o cuando falla. Sin embargo, nunca, nunca, debemos permitir que se esfume el cariño. Cuando falle, no diremos: "no llegarás nunca a ninguna parte". Un simple descuido y cuatro o cinco palabras pueden llegar a herirle profundamente. En nuestro hijo adolescente hacen el efecto de: "estoy disgustado contigo como ser humano".

Ciertamente es complicado alabar a un chico/a que está continuamente retando, buscando la forma de salirse con la suya o desobedeciendo. Es el momento de reflexionar sobre sus cualidades y hacerles llegar el mensaje: no pensamos que seas de una manera, sino que actúas de una manera que puede pasarte una factura.

AQUÍ ESTOY 

"Puedes acudir a mi para lo que te haga falta; siempre estaré aquí para escucharte".

Un adolescente da mucha importancia a poder acudir a sus padres cuando existen problemas; aunque exista rebeldía, en los momentos difíciles necesita tener una seguridad: "mis padres están ahí". Sin embargo, si no le prestamos atención cuando lo está pasando mal, le estaremos dando una buena razón para que se las apañe por sí solo y busque consejo y ayuda en otros lugares.

Hay que escucharles, sin querer hablar y pontificar continuamente. Así, dejamos claro a nuestro hijo que: "Eres importante para mi", "me preocupo de las cosas en las que tú estás interesado", "me gusta escuchar tus ideas y opiniones". Escuchar con atención también estimula el deseo de hablar de los hijos. Se construye un ambiente de respeto y afecto mutuo. Escuchar, en serio, no acumular información para "pontificar". Los consejos basados en tirar por los suelos lo que les ha hecho les hará volverse más herméticos.

COMPRENSIÓN 

A veces, es frustrante ser padre. Continuamente oyendo los prejuicios de los quinceañeros que afirman que somos una generación antigua y que no les comprendemos... No hay duda; es difícil comunicarse con los adolescentes. 
Muchas veces, cuando nuestro hijo nos acusa de que no le comprendemos es tan sólo una manera de defenderse.

Confunde "no comprender" con "no estar de acuerdo", por lo que no hemos de dejar que nos manipule. Si nos acusa de que no le comprendemos, hemos de decir a nuestro hijo que nos ayude: "Quiero comprenderte, cuéntame más, que sientes...".

Si tenemos la sospecha de que lo único que ocurre es que simplemente no estamos de acuerdo con él, podemos repetir lo que nos dice, sus argumentos, sus ideas, hasta que se dé por satisfecho y entonces: "Ves que comprendo lo que quieres decir y por qué; si no es así, quiero llegar a comprenderlo. Pero me parece que nuestro problema no es de falta de comprensión sino de falta de acuerdo".

CONFÍO EN TI 

Contar con la confianza de sus padres es importante para un adolescente. "Lo más dañino que se le puede decir a un chico es "nunca más confiaré en ti",

Nuestro hijo necesita que le digamos que nuestra confianza en él se desarrollará gradualmente en la medida que adquiera nuevos conocimientos y experiencias en esas situaciones que requieran la confianza. No podemos pretender que nuestro hijo de quince años conduzca un coche - aparte de que es ilegal - porque no tiene la experiencia necesaria que nos permita confiar en su buen juicio.

Pero hay otra razón por la que nos cuesta tanto a los padres confiar en nuestros hijos. Nos conocemos bien a nosotros mismos y, seguramente, hemos experimentado de primera mano todos los riesgos, situaciones y peligros de esta etapa. Sabemos qué fácil es ceder a las presiones del ambiente cuando no se está preparado. Esto nos previene de dar a nuestros hijos una confianza sin límites.

De hecho, no estaríamos haciendo bien nuestro trabajo de padres si permitimos que nuestros hijos se encuentren en situaciones donde el grado de riesgo es más elevado que su nivel de madurez.

TE QUIERO

A veces, podemos perder muchas oportunidades de expresar amor y cariño - y de recibirlo - sólo porque no nos lo hemos propuestos como un objetivo consciente. Y, sin embargo, es el mensaje más importante que chicos y chicas quieren oír de sus padres.

El amor es el ingrediente esencial de una familia sana. Un "te quiero", dicho en voz alta y a menudo, nos ayuda a saber quiénes somos y por qué hemos nacido. Cuando un adolescente no está seguro del amor de sus padres, los otros cuatro mensajes anteriores no significan nada. Necesitan que le digan que les quieren y que se lo demuestren. ¿Cómo pueden estar seguros de que les quieren si nunca se lo han dicho? ¿Cómo pueden estar seguros si sus padres nunca pasan el tiempo con él?

La manera de demostrar el amor a un hijo es dedicarle tiempo. Darle regalos, proveerle de comida y ropa, mostrarle cariño de otras maneras está bien, pero también hay que estar dispuesto a perder tiempo con nuestro hijo adolescente: ir de pesca, ir de tiendas juntos, compartir un cine...

Relacionarse, comunicarse, cuesta trabajo. Esto ocurre en el matrimonio, en la amistad... y en la relación entre padres e hijos. Con un adolescente cuesta más, porque crece y gana más independencia constantemente, y por eso puede llegar a frustrarnos.

REFLEXIÓN

- ¿Habéis dicho alguna vez a vuestro hijo: "Hijo, ¿sabes que estoy orgulloso de ti, y no me importa nada más?" La palabra orgullo en este contexto se relaciona cercanamente con la de amor. Así, vuestro hijo sabrá que queréis decirle que estáis felices porque él es vuestro hijo.

- Cuando mejoréis vuestro modo de escuchar, vuestro hijo también aprenderá a escuchar mejor. Imaginad el impacto positivo que tendrá en la calidad de la conversación en vuestro hogar.

- Vuestro hijo adolescente necesita abrir una cuenta personal de autoestima basada en lo que es como persona, no por sus actuaciones diarias. Así, cuando falle, puede retirar de esa cuenta la cantidad necesaria. Si no tiene ese reconocimiento, puede acudir a lugares equivocados en su busca. 

- No se trata de decir: "Comprendo exactamente cómo te sientes". Suena a querer desmarcarse de sus sentimientos y querer buscar una solución rápida al problema. 

- Existe el peligro de poner un nivel demasiado alto a los hijos. Si los adolescentes llegan a creer que necesitan sacar todo sobresalientes para que sus padres les acepten, pueden deducir que a sus padres sólo les importa los éxitos... no las personas. Y así, como resultado, no intentarán hacer lo mejor que puedan. 

- Es importante que le ayudéis a tener esta distinción clara en la cabeza: se puede aceptar a la persona aunque no se apruebe el comportamiento. Estáis orgullosos de él, porque en vuestro hijo, pero no de lo que ha hecho, dejándole claro que vuestro enfado se refiere sólo a sus acciones, no a él como persona. 

DESÓRDENES DE CONDUCTA EN ADOLESCENTES

Los "desórdenes de la conducta" en los jóvenes constituyen un grupo complicado de problemas emocionales y del comportamiento. Los niños y adolescentes que sufren de estos desórdenes tienen mucha dificultad en seguir las reglas y en comportarse de manera socialmente aceptable. Otros niños, los adultos y las instituciones sociales los consideran "malos" o delincuentes en lugar de enfermos mentales. Muchos factores pueden contribuir al desarrollo de los desórdenes de la conducta en el niño, incluyendo un daño al cerebro, el haber sufrido abuso, vulnerabilidad genética, el fracaso escolar y las experiencias traumáticas de la vida.

La adolescencia puede traer desórdenes en la conducta



Los niños y adolescentes con problemas de la conducta pueden manifestar algunos de los siguientes problemas del comportamiento:


Agresión hacia las personas y los animales:


• acosa, intimida o amenaza a los demás
• a menudo inicia peleas físicas
• ha usado un arma que puede causar daño físico serio a otros (por ejemplo: palos, ladrillos, botellas rotas, cuchillos o armas)
• es físicamente cruel con las personas o animales
• roba a sus víctimas mientras las confronta (por ejemplo: asalto)
• obliga a otro a llevar a cabo una actividad sexual


Destrucción de la propiedad:

• deliberadamente prende fuegos con la intención de causar daño
• deliberadamente destruye la propiedad de otros
• fuerza la entrada en el edificio, casa o automóvil de otros
• miente para que le den las cosas, para obtener favores o para evitar las obligaciones
• roba artículos sin confrontar a la víctima (por ejemplo: roba en las tiendas, pero sin forzar su entrada para robar)

Violación seria a las reglas:

• se queda la noche fuera de la casa aun pese a la objeción de sus padres
• se escapa de la casa
• deja de asistir a la escuela cuando le parece

Los niños que demuestran estos comportamientos deben de recibir una evaluación comprensiva. Muchos niños que exhiben una conducta desordenada pueden tener condiciones coexistentes tales como desórdenes del humor, ansiedad, abuso de sustancias, déficit de atención con o sin hiperactividad, problemas con el aprendizaje, o pensamientos desordenados, los cuales también pueden ser tratados.

Las investigaciones demuestran que los jóvenes con desórdenes de la conducta tendrán problemas de continuo si ellos y sus familias no reciben un tratamiento comprensivo a tiempo. Sin el tratamiento, muchos de estos muchachos con desórdenes de la conducta no lograrán adaptarse a las demandas que conlleva el ser adulto y continuarán teniendo problemas en sus relaciones sociales y manteniendo un empleo. A menudo contravienen la ley o se comportan de manera antisocial.

La terapia de conducta generalmente es necesaria para ayudar al niño a expresar y controlar su ira de manera apropiada. La educación especial puede ser necesaria para los jóvenes con problemas de aprendizaje. Los padres frecuentemente necesitan asistencia de los expertos para diseñar y llevar a cabo programas de administración especial y programas educativos en la casa y en la escuela. El tratamiento puede también incluir medicamentos para algunos jóvenes, como aquéllos que tienen dificultad prestando atención, problemas con sus impulsos o aquéllos que sufren de una depresión.

El tratamiento raras veces es corto, ya que toma mucho tiempo establecer nuevas actitudes y patrones de comportamiento. Sin embargo, el tratamiento a tiempo ofrece una oportunidad para considerable mejoría en el presente y una esperanza de éxito en el futuro.

RIESGO DE SUICIDIO EN LOS ADOLESCENTES

SEÑALES IMPORTANTES  DE RIESGO DE SUICIDIO

  • Cambios en hábitos alimenticios y de sueño 
  • Aislamiento de las amistades, familia y actividades regulares 
  • Acciones violentas, conducta rebelde, escaparse 
  • Uso de drogas o de alcohol 
  • Descuido inusual de su apariencia personal 
  • Cambio notorio en la personalidad 
  • Aburrimiento persistente, dificultad para concentrarse, baja calidad en las tareas escolares 
  • Quejas de síntomas físicos como dolores de cabeza o estómago 
  • Pérdida de interés en las actividades placenteras 
  • Inhabilidad para tolerar halagos y premios.

SEÑALES ADICIONALES

  • Quejas de ser una mala persona 
  • Indicios verbales como "ya nada importa" y "ya pronto no seré un problema para ti" 
  • Arreglas sus cosas pendientes o regalar o descartar sus posesiones favoritas 
  • Volverse alegre de repente después de un periodo de depresión 
  • Señales de alucinaciones o pensamientos extravagantes


los adolescentes pueden cambiar sus comportamientos y tenemos que estar atentos a la posibilidad de un riesgo de suicidio

Si observa este tipo de conductas en su hijo, está retraído y no quiere hablar, sería conveniente indagar entre sus amigos sobre si ha ocurrido algún suceso que le pueda llevar a este estado. Debe tomar medidas al respecto, no sólo porque el riesgo de suicidio jamás debe ser tomado a la ligera, sino porque el adolescente puede estar pasando por un estado de depresión mayor que debe ser tratado.


LA AUTOESTIMA EN LA ADOLESCENCIA

La adolescencia es un período de cambios tanto físicos como psicológicos. En este momento el adolescente comienza a hacerse preguntas y a cuestionar su mundo y a su persona. Puede sentirse plenamente realizado y contento con su propio yo, o puede sentirse insatisfecho y “odiarse” porque lo que es no obedece a su ideal. 

En general durante esta época aparecen los complejos, motivados por la importancia que conceden a su propio aspecto físico, y a veces por la falta de aceptación de los cambios corporales que se producen en esta etapa evolutiva. También aparece la vergüenza, el miedo al ridículo, la sobrevaloración de la opinión del grupo sobre ellos mismos y la necesidad de agradar a sus pares.

Puede aparecer tendencia a la ocultación de su familia, de la que en ocasiones se avergüenzan por no considerarles lo suficientemente buenos respecto a la familia de sus amigos. Todos estos problemas están reflejando la tremenda inseguridad propia de esta edad. 

En algunos casos, esta inseguridad y la valoración negativa que hacen de ellos mismos (no reconocen sus cualidades, magnifican lo que consideran sus defectos), puede desembocar el problemas de autoestima, depresión, ansiedad, hostilidad y en algunos casos tendencia al aislamiento.

Igualmente la falta de autoestima es un serio factor de riesgo para desarrollar problemas como la adicción a sustancias y trastornos de la conducta alimentaria.


la importancia de una buena autoestima en la adolescencia

¿QUÉ ES LA AUTOESTIMA?


La autoestima es la idea que tiene una persona sobre su valor personal y denota el respeto que se tiene uno hacia sí mismo.

Las personas que tienen una buena autoestima se respetan, no están continuamente autocriticándose y son capaces de expresar sus opiniones, y preferencias personales sin miedo a ser rechazados por su grupo de amigos.

Aquellos que tienen una pobre opinión personal sobre ellos mismos, magnifican sus “defectos”, se consideran peores que los demás y están siempre haciendo comparaciones con los demás (que casualmente nunca se trata de comparaciones totales, sino parciales, y es especialmente patente en temas corporales, especialmente en las chicas). Estas personas idealizan a sus amigos, sin comprender que ellos también tienen sus puntos fuertes y débiles, tratan de parecerse a ellos y no suelen expresar su propia opinión, sino que se dejan llevar por los demás por temor a ser rechazados si expresan su opinión o preferencias.

En ocasiones la baja autoestima se deriva de una excesiva crítica de los padres. La comparación con otros niños, poner etiquetas a los hijos, remarcar sólo los fallos y no los logros, puede resultar muy perjudicial para la formación de la autoestima de un adolescente. 

CÓMO PROTEGER LA AUTOESTIMA

  • Recuerda con frecuencia tus pequeños éxitos.
  • Identifica tus puntos fuertes y piensa en ellos.
  • Haz una lista de tus cualidades y recítalas en voz alta ante el espejo.
  • Escribe en un papel tus propias etiquetas negativas y al lado de ellas escribe una afirmación más compasiva.
  • Piensa que tú no eres la responsable de que los demás sean felices. Si se enfadan o se sienten mal, no es tu culpa.
  • No aceptes por las buenas las opiniones de los demás sobre ti. Reflexiona y piensa si están basadas en hechos racionales.
  • Acepta tus debilidades y errores como comportamientos. Los comportamientos son cosas
  • que se pueden modificar. Los errores no afectan tu valor personal. Tú eres tú y tus errores son acciones que tu puedes corregir y aprender de ellos.
  • No te compares con los demás. Tú no eres ni inferior ni superior. Tú eres tu misma y
  • sigue por tu propio carril.
  • No digas sí a todas las cosas que te pidan para que no se enfaden. Haz sólo aquello que quieras hacer.

AVANZA LA CIENCIA Y SEGUIMOS SIN VACUNA CONTRA "TENGO 18 AÑOS Y HAGO LO QUE QUIERO"

En la mayoria de edad los adolescentes se creen adultos



Sí, esa curiosa epidemia transgeneracional que nos azota y nos asusta. Puede que tú mismo la hayas pasado o tengas la mala suerte de sufrirla en un hijo adolescente, justo cuando cumple los 18 años.

Los padres que tienen que SOPORTAR esta crisis de "hago lo que me da la gana porque soy mayor de edad" pueden experimentar auténtico pánico antes esta reafirmación del adolescente, porque piensan que ya no tienen autoridad sobre sus hijos y que "pueden coger la puerta e irse". Tranquilos, lo complicado hoy en día es precisamente eso, conseguir que dejen de vivir en "la Pensión del Peine" y se independicen.

Los padres se cuestionan si han educado mal a sus hijos, y se reprochan el haber sido demasiado permisivos o demasiado duros (da igual como hayan sido, en realidad, al que le toca la china, le tocó). 

Ante esto hay que analizar el por qué de este extraño comportamiento en el que parece que los chicos deciden hacer lo que les da la gana, y que no suele ser precisamente lo que les va a poner en la autopista de la vida, sino más bien en el camino de cabras.


Siempre la mayoría de edad nos la han vendido como la edad en la que somos adultos, podemos tomar nuestras propias decisiones y entramos por la puerta grande en el mundo de los adultos. Los padres pasan el día de las 18 velitas a tener un hijo que ya apuntaba maneras de rebeldía y que ahora adereza con el poder de decisión.
Los chicos que pasan por esta crisis normalmente no han procesado correctamente lo que significa hacerse mayor, y lo asimilan a liberarse de la parte negativa de ese contrato que firmamos con la vida y que incluye "derechos y obligaciones". Buscan el refuerzo positivo a corto plazo que supone "marcha", "colegas", "libertad de horarios", "decisión sobre sus estudios", y cualquier cuestionamiento sobre sus actitudes kamikazes recibe esa respuesta "hago lo que quiero porque soy mayor de edad".

Cuando los padres deciden pedir ayuda porque se sienten incapaces de manejar la situación, el trabajo se centra en analizar las pautas de comunicación con los hijos, revisar los patrones que ya no sirven (modo niño) y empezar otra forma de comunicación en la que hacemos sentir a nuestros hijos como adultos.

Ya no caben las charlas o las amenazas en el salón. Esta crisis también incluye sordera juvenil y una capa de leve desdeño hacia esos padres a los que han empezado a ver como seres humanos con sus defectos.

Si tu hijo está en esta etapa intenta hacer el ejercicio de recordar tus propios 18 años. Eras importante? Te bañaste en el pozo de la sabiduría? Tenías el título del "más listo del pueblo"? Seguro que sí. Acepta esta realidad y trabaja sobre ello. Las broncas y la imposición no funcionan, prueba a quedar con el chico para comer, hazle sentir mayor, y pregúntale sobre sus planes y expectativas, mantén la calma (suelen soltar una media de 15 chorradas por minuto), y después expresa tu opinión, enfrentándoles con la cruda realidad: si eres mayor para tomar tus decisiones ten en cuenta que ahora eres tú el patrón de tu velero: tú decides tus límites y tu esfuerzo marcará tu lugar en la vida. Hazlo sin que parezca un ultimatum, explícale tus propias experiencias cuando tenías su edad.

Normalmente cuando les pasas de forma realista el testigo de su propia vida les hace pensar y darse cuenta de esa realidad que se llama la responsabilidad sobre su futuro.
Así que suerte, paciencia, comprensión y mano izquierda


TRASTORNO OPOSICIONISTA DESAFIANTE SEGÚN EL DSM-5

CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DSM-5

A. Un patrón de enfado/irritabilidad, discusiones/actitud desafiante o vengativa que dura por lo menos seis meses, que se manifiesta por lo menos con cuatro síntomas de cualquiera de las categorías siguientes y que se exhibe durante la interacción por lo menos con un individuo que no sea un hermano.

Enfado/irritabilidad
1. A menudo pierde la calma.
2. A menudo está susceptible o se molesta con facilidad.
3. A menudo está enfadado y resentido.

Discusiones/actitud desafiante
4. Discute a menudo con la autoridad o con los adultos, en el caso de los niños y los adolescentes.
5. A menudo desafía activamente o rechaza satisfacer la petición por parte de figuras de autoridad o normas.
6. A menudo molesta a los demás deliberadamente.
7. A menudo culpa a los demás por sus errores o su mal comportamiento.

Vengativo
8. Ha sido rencoroso o vengativo por lo menos dos veces en los últimos seis meses.

Nota: Se debe considerar la persistencia y la frecuencia de estos comportamientos para distinguir los que se consideren dentro de los límites normales, de los sintomáticos.

En los niños de menos de cinco años el comportamiento debe aparecer casi todos los días durante un período de seis meses por lo menos, a menos que se observe otra cosa (Criterio A8). En los niños de cinco años o más, el comportamiento debe aparecer por lo menos una vez por semana durante al menos seis meses, a menos que se observe otra cosa (Criterio A8). Si bien estos criterios de frecuencia se consideran el grado mínimo orientativo para definir los síntomas, también se deben tener en cuenta otros factores, por ejemplo, si la frecuencia y la intensidad de los comportamientos rebasan los límites de lo normal para el grado de desarrollo del individuo, su sexo y su cultura.

B. Este trastorno del comportamiento va asociado a un malestar en el individuo o en otras personas de su entorno social inmediato (es decir, familia, grupo de amigos, compañeros de trabajo), o tiene un impacto negativo en las áreas social, educativa, profesional u otras importantes.

C. Los comportamientos no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno psicótico, un trastorno por consumo de sustancias, un trastorno depresivo o uno bipolar. Además, no se cumplen los criterios de un trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo.


Especificar la gravedad actual:

Leve: Los síntomas se limitan a un entorno (como en casa, en la escuela, en el trabajo, con los compañeros).

Moderado: Algunos síntomas aparecen en dos entornos por lo menos.

Grave: Algunos síntomas aparecen en tres o más entornos.

Especificadores


No es inusual que los individuos con trastorno negativista desafiante muestren síntomas únicamente en casa y solamente con miembros de la familia. Sin embargo, el grado de generalización de los síntomas es indicativo de la gravedad del trastorno. 

DESARROLLO Y CURSO

Los primeros síntomas del trastorno negativista desafiante suelen aparecer en la edad escolar, y raramente después de la adolescencia temprana. 

El trastorno de conducta desafiante también conlleva el riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad y trastorno depresivo mayor, incluso en ausencia del trastorno de conducta. Los síntomas de desafío, discusión y venganza suponen un mayor riesgo de trastorno de conducta, mientras que los síntomas de enfado-irritabilidad suponen un mayor riesgo de trastornos emocionales.

Las manifestaciones del trastorno a lo largo del desarrollo parecen uniformes. Los niños y adolescentes con trastorno negativista desafiante presentan un mayor riesgo de problemas de adaptación como adultos, como conducta antisocial, problemas de control de los impulsos, abuso de sustancias, ansiedad y depresión.

Muchos de los comportamientos asociados al trastorno negativista desafiante aumentan su frecuencia durante la etapa preescolar y en la adolescencia. Por tanto, es especialmente importante durante esos períodos del desarrollo que la frecuencia y la intensidad de dichos comportamientos se evalúe conforme a los niveles normativos, antes de que se decida si son síntomas o no del trastorno negativista desafiante.

Factores de riesgo y pronóstico

Temperamental. Los factores temperamentales relacionados con problemas de la regulación emocional (p. ej., niveles altos de reactividad emocional, baja tolerancia a la frustración) predicen el trastorno.

Ambientales. El trato severo, inconstante o negligente en la crianza de los niños es frecuente en las familias con niños y adolescentes con trastorno negativista desafiante, y esas prácticas parentales juegan un papel importante en muchas teorías causales del trastorno.

Genéticos y fisiológicos. Se han asociado al trastorno negativista desafiante un número de marcadores neurobiológicos (p. ej., frecuencia cardíaca y reactividad de la conductancia de la piel más bajas; reactividad reducida del cortisol basal, anormalidades en el córtex prefrontal y la amígdala). Sin embargo, la gran mayoría de los estudios no diferencia a los niños con trastorno negativista desafiante de aquellos con trastorno de conducta. Por tanto, no está claro si hay marcadores específicos del tras-torno negativista desafiante.

No resulta extraño encontrar conductas desafiantes o de oposición a lo largo de un ciclo evolutivo “normal” de cualquier niño. En la mayoría de los casos, si no existen factores de riesgo añadidos, la propia educación de los padres y demás agentes socializadores (escuela, etc.) suelen reconducir estas manifestaciones hacia conductas normalizadas. 

Sin embargo, hay un grupo de niños en los que esta conducta es perseverante en el tiempo y presenta una magnitud o forma que no se corresponde con lo esperado por su edad . Es, entonces, cuando podemos estar delante de un trastorno clínico.

La conducta de oposición puede tomar diferentes formas, desde la pasividad extrema (no obedecer sistemáticamente mostrándose pasivo o inactivo) a sus formas más agresivas, es decir, verbalizaciones negativas, insultos, hostilidad o resistencia física con agresividad hacia las figuras de autoridad, ya sean los propios padres, maestros o educadores.





La conducta desafiante y de oposición de inicio temprano suele ser persistente y puede ir asociado a diferentes tipos de patología infantil y adolescente. En la adolescencia y posterior vida adulta, el niño con antecedentes negativistas u oposicionistas es un claro candidato a desarrollar un trastorno de la personalidad antisocial si no conseguimos regular antes estas manifestaciones.



La presencia de conducta desafiante por oposición, o agresión social, en niños es la más estable de las psicopatologías infantiles a lo largo del desarrollo y constituye el elemento predictor más significativo de un amplio conjunto de riesgos académicos y sociales negativos que el resto de las otras formas de comportamiento infantil desviado.



Por todo ello, es uno de los problemas de conducta clínicos más serios en niños. De no abordarse de forma rigurosa y eficaz, condena a quien lo sufre a una probable carrera de problemas sociales, legales y de marginación.

"GROOMING": ACOSO SEXUAL EN LA RED

Podemos definir Grooming como el conjunto de estrategias que una persona adulta desarrolla para ganarse la confianza del menor a través de Internet con el fin último de obtener concesiones de índole sexual. Hablamos entonces de acoso sexual a menores en la Red y el término completo sería child grooming o internet grooming. Desde un acercamiento lleno de empatía y/o engaños se pasa al chantaje más cruento para obtener imágenes comprometidas del menor y, en casos extremos, pretender un encuentro en persona. El daño psicológico que sufren niños, niñas y adolescentes atrapados en estas circunstancias es enorme.



LA TECNOLOGÍA PUEDE FACILITAR EL ACCESO DE LOS PEDERASTAS A LOS MENORES


Decir que la Red ha llevado a escala la práctica del acoso sexual a menores podría resultar exagerado… o quizás no. Reflexionemos sobre qué condiciones, a modo de factores catalizadores, se están dando en este nuevo contexto:

· La Red es ahora rápida y barata. Contenidos audiovisuales, como los pornográficos, circulan con plena fluidez.

· Cada vez más se impone el uso de la cámara web, elemento presente en la inmensa mayoría de los problemas. Coste mínimo para los equipos de sobremesa o de serie en equipos portátiles que, dicho sea de paso, dificultan la supervisión parental (se pueden mover de lugar en la casa e incluso sacar a otros lugares, a cielo abierto o no, dotados con redes WiFi). Además, no sirve para identificar al interlocutor porque los depredadores ya disponen de software que truca la imagen que su cámara reporta, con lo que el efecto puede ser bien contrario, generando mayor confianza ante una imagen trucada. Además, si no se contara con cámara web, el recurso a la cámara digital o al móvil capaz de grabar imágenes y vídeos es inmediato. Ya tenemos al menor plenamente equipado para proporcionar lo que busca a quien acecha.

· El pedófilo o pederasta “de antes” podía sentir su “perversión” como algo irrefrenable, pero quizás también como nociva o inmoral. “El de ahora” cuenta en la Red con miles de personas en todo el mundo con las que compartir su “afición”: datos, trucos, experiencias, material… Existe incluso un grupo que promueve el “amor libre” con los menores. Ya no hay razón para sentirse mal con uno mismo. “No soy un bicho raro, no tengo porqué aguantarme, basta con que no me pillen” pueden pensar ahora. 

· Hay algunos estudios que insinúan que la exposición continuada a determinado tipo de pornografía puede en ciertos casos acabar creando permisividad hacia el consumo de pornografía infantil e incluso inducir a su necesidad. ¿Alguien sabe si hay pornografía en la Red? ¿De algún tipo en particular? 

· Los propios menores, éstos ya con una motivación menos perversa en su origen pero igual de lesiva en el fondo, pueden consumir y crear su propio material de una manera más o menos consciente o imprudente. 

· No hay que esperar a los recreos o a las horas de salida del colegio. Millones de niños están conectados en cada instante y cuando unos duermen, otros están despiertos al otro lado del mar e incluso hablan el mismo idioma. El coto está abierto 24 horas todos los días del año. Se puede practicar a todas horas, es fácil y barato. 

A este contexto, se pueden añadir los clásicos problemas anejos a los ciberdelitos como son las dificultades de persecución, las legislaciones diferentes, los medios de investigación precisos o los largos procedimientos “burocráticos”.

FASES PARA LUCHAR CONTRA EL ACOSO SEXUAL EN LA RED 


Prevención: evitar la obtención del elemento de fuerza por parte del depredador. 

Si se evita que el depredador obtenga el elemento de fuerza con el que iniciar el chantaje, el acoso es inviable. Para ello es recomendable: 

No proporcionar imágenes o informaciones comprometedoras (elemento de fuerza) a nadie ni situar las mismas accesibles a terceros. Se ha de pensar que algo sin importancia en un determinado ámbito o momento puede cobrarla en otro contexto. 

Evitar el robo de ese elemento de fuerza para lo cual se debe preservar la seguridad del equipo informático y la confidencialidad de las contraseñas. 

Mantener una actitud proactiva respecto a la privacidad lo que implica prestar atención permanente a este aspecto y, en especial, al manejo que las demás personas hacen de las imágenes e informaciones propias. 

Afrontamiento: tomar conciencia de la realidad y magnitud de la situación.

Cuando se comienzan a recibir amenazas e intimidaciones es importante: 

No ceder al chantaje en ningún caso puesto que ello supone aumentar la posición de fuerza del chantajista dotándole de un mayor número de elementos como pueden ser nuevas imágenes o vídeos eróticos o pornográficos. 

Pedir ayuda. Se trata de una situación nueva y delicada que conlleva gran estrés emocional. Contar con el apoyo de una persona adulta de confianza es fundamental. Aportará serenidad y una perspectiva distinta. 

Evaluar la certeza de la posesión por parte del depredador de los elementos con los que se formula la amenaza y las posibilidades reales de que ésta se lleve a término así como las consecuencias para las partes. Mantener la cabeza fría es tan difícil como importante. 
Limitar la capacidad de acción del acosador. Puede que haya conseguido acceso al equipo o posea las claves personales. En previsión de ello: 
  • Realizar una revisión total para evitar el malware del equipo y cambiar luego las claves de acceso. 
  • Revisar y reducir las listas de contactos así como la configuración de las opciones de privacidad de las redes sociales. 
  • En ocasiones, puede ser acertado cambiar de perfil o incluso de ámbito de relación en la Red (bien sea una red social, un juego online multijugador...). 
Intervención

Las situaciones de acecho sexual rara vez terminan por sí mismas, siendo habitual la reincidencia en el acoso incluso en momentos muy distantes en el tiempo. Es preciso no bajar la guardia y llegar hasta el final para lo cual es conveniente: 

Analizar en qué ilegalidades ha incurrido el acosador y cuáles pueden ser probadas. Puede ser inviable probar que el depredador dispone de ciertas imágenes o informaciones o que las ha hecho públicas. También puede ocurrir que no se pueda demostrar que esas imágenes fueron obtenidas por la fuerza o mediante engaño o incluso que se han recibido amenazas. Por todo ello conviene saber en qué ilícitos ha incurrido o incurre el depredador porque ello habilita la vía legal. 

Buscar y recopilar las pruebas de la actividad delictiva: capturas de pantalla, conversaciones, mensajes... todo aquello que pueda demostrar las acciones del depredador o dar pistas sobre su paradero o modo de actuar será de gran utilidad tanto a efectos de investigación como probatorios. Se debe tener presente no vulnerar la Ley en este recorrido. 

Formular una denuncia. Con un adecuado análisis de la situación y elementos de prueba que ayuden a la investigación el hecho ha de ser puesto en conocimiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado con independencia de que el acecho hubiera o no remitido. 

Cada caso es diferente y la manera de abordarlo también. En determinadas circunstancias, incluso puede ser recomendable seguir la corriente del acosador para tratar de identificarle. En otras, la denuncia inmediata a la policía es la opción más razonable. No obstante, las anteriores son orientaciones que pueden funcionar bien en la mayoría de los casos y mientras la policía ofrece su asistencia.

CONSEJOS PARA PADRES PARA EVITAR EL GROOMING


Ubicación del ordenador 

Colocad el ordenador en un lugar de paso de la casa o en un espacio común y de uso frecuente (el salón, p.ej.), desde donde poder echar un vistazo al uso que hacen los niños de él. Evitad ponerlo en el cuarto del/a niño/a. 

Cuidado con el malware

Seguid los consejos de seguridad generales para mantener el ordenador libre de virus y otro malware que podría revelar vuestras claves a los autores de grooming. Instalad un buen antivirus y un buen cortafuegos y mantenedlos actualizados con la mayor frecuencia posible. Advertid a los niños de que no deben nunca descargar archivos procedentes de personas que no conozcan bien. 
Webcam 

Evitad la instalación de cámaras web (webcams) o si las ponéis restringid su uso mediante algún programa o mediante claves o controles parentales que algunos modelos ya incorporan. Si además el ordenador está en un lugar no privado, aumentaremos la seguridad en los casos en que les permitamos usar la cámara. 
Educación, educación y más educación 

La base de toda medida de protección de los menores en la Red es la educación, no el disponer de unas u otras tecnologías, que siempre pueden fallar. Por tanto, debemos explicarles a nuestros hijos cuáles son los peligros de la Red y las medidas de protección básicas para evitar cada uno de ellos: en este caso, por ejemplo, no revelar nunca sus datos personales ni sus claves a conocidos de Internet. 

¡Y nosotros también debemos educarnos Debemos aprender a manejar las nuevas tecnologías para saber qué hacen los niños cuando están conectados y cuáles son los riesgos que deben afrontar. 

La importancia del nombre

Explique a sus hijos que deben evitar usar en Internet sobrenombres (nicks) que revelen su sexo o su edad. Deles ejemplos de nombres neutros que les puedan gustar.

Conocer a sus amigos

Es importante que conozcamos quiénes son sus contactos. Revisad con ellos su agenda de contactos en el chat, en la mensajería instantánea, en las redes sociales...

Proteger los datos

Explicad a los niños que no deben rellenar formularios en los que den datos personales suyos, de amigos o conocidos o de su familia. Siempre deberían contar con vuestra presencia para completar este tipo de cosas y pediros aprobación antes de pulsar Enviar.

La hora de ir a la cama 

Es conveniente evitar que chateen a partir de cierta hora, como las 10 de la noche. Ponedles una norma al respecto y vigilad que la cumplan.

ABORTO ADOLESCENTE: LA NECESIDAD DE TERAPIA

Cuando una adolescente es consciente de que se ha quedado embarazada, sufre una serie de secuelas psicológicas impactantes: pasa por situaciones de miedo a dar la noticia, vergüenza, sensación de aislamiento, bloqueo mental, incapacidad para tomar decisiones, etc. Este primer momento de impacto psicológico, rápido y fulminante, suele pasar a un segundo plano ante la necesidad de tomar una decisión urgente respecto a la posibilidad de continuar con el embarazo o interrumpirlo.


las difíciles decisiones cuando se produce un aborto adolescente



Normalmente, tras dar la noticia a los padres, éstos toman un papel activo en el proceso de toma de decisión, lo que supone una liberación momentánea para la adolescente, que a veces recuerda esta etapa con una sensación de culpabilidad por no haber tomado una decisión propia.

Tras la interrupción del embarazo, en muchas familias se instaura el silencio y el olvido como forma de afrontamiento, a veces cambian las relaciones parentales respecto a la hija.

Dado que el proceso de maduración de la adolescente no está completo, los efectos del aborto aparecen al cabo de poco tiempo, con el Síndrome post-aborto, que puede manifestarse con:

- sentimiento de culpa
- angustia
- ansiedad, ataques de pánico, agorafobia
- depresión
- baja autoestima, aislamiento
- insomnio, pesadillas
- diversos tipos de neurosis
- enfermedades somáticas
- recuerdos dolorosos y persistentes. Por todo ello es necesario que tras la experiencia de un aborto en una adolescente se lleve a cabo desde un primer momento un abordaje de los trastornos que pueden ir apareciendo y que en ocasiones no parecen guardar relación.

Es necesario que asuma el dolor, supere el duelo, supere la sensación de vacío, no se instaure en fantasías respecto al "niño no nacido" y retome su vida con las menores secuelas psicológicas posibles.

En este abordaje psicológico es necesario que los padres se involucren y también acudan a terapia para comprender las diferentes reacciones emocionales de su hija, cómo pueden ayudarla y también para superar los sentimientos de rabia y frustración que pueden aparecer en ellos mismos.

HABILIDADES SOCIALES Y CONSUMO DE DROGAS EN ADOLESCENTES

La habilidades emocionales, competencias sociales o habilidades sociopersonales se derivan de la capacidad de interactuar eficazmente, siendo indispensables para desenvolverse en la vida.
Hay diversos componentes que sustentan la conducta social hábil, desde procesos internos de tipo cognitivo y emocional (autorregulación, empatía, perspectiva socia, autopercepcion, etc), hasta procesos externos tales como las influencias sociales ejercidas e interpretadas sobre la conducta individual, de modo que son los procesos psicosociales los implicados en las actuaciones sociales adaptativas.

Una adaptación psicosocial saludable que se fundamenta en una adecuada autovaloración de la persona, incrementa su percepción de autoeficacia, generando expectativas de éxito y control sobre los resultados de la conducta de interacción social.

EL ENTRENAMIENTO EN HABILIDADES SOCIALES

El enfoque del entrenamiento en habilidades sociales como forma de solucionar o prevenir muchos problemas psicosociales y clínicos, tales como drogadicción, aislamiento y rechazo sociales, hándicaps o retrasos educativos, delincuencia, depresión, etc; constituye un ámbito interdisciplinar.

El análisis de la adquisición y/o reformulación de destrezas sociales es necesario, teniendo en cuenta el poder que se deriva de la retroalimentación ofrecida por el grupo de iguales en las interacciones sociales y en la internalización de ciertas pautas de conducta, lo que permite dilucidar el posicionamiento personal de cada persona frente a las presiones y motivadores para el consumo de sustancias psicoactivas y alcohol.

Una gran parte de los problemas de adaptación psicosocial de los adolescentes tiene su origen en una ausencia o inadecuado uso de las habilidades necesarias para afrontar ciertas situaciones y hacer frente a problemas. Si no se tienen estas habilidades sociales, derivará en un comportamiento no adaptativo ante situaciones estresantes o frustrantes o de presión manifiesta o encubierta.

HABILIDADES SOCIALES Y CONSUMO DE DROGAS EN LA ADOLESCENCIA

En materia de drogas, abundan la presiones hacia el consumo entre iguales y los modelamientos simbólicos, los discursos ideologizados y las representaciones sociales sobre las sustancias.
Es tal la presión entre los jóvenes, que para un amplio colectivo de ellos el "no-consumo" representa una opción desadaptativa ante las exigencias del grupo. En consecuencia, la resistencia a una incitación al consumo, la superación de la presión grupal, la eficaz resolución de conflictos interpersonales, la potenciación de estrategias asertivas y de autocontrol, deben optimizarse, reeducando los recursos personales, modificando los patrones disfuncionales y rebatiendo los juicios valorativos de la problemática.

Los conflictos personales e interaccionales derivados de la insuficiencia o inadaptación de las habilidades de algunos adolescentes, representan factores de riesgo para el consumo de drogas. 
Es frecuente que suplan los deficiencias en ciertas habilidades de comunicación o capacidad de expresar su rechazo, mediante el empleo de sustancias psicoactivas.
Igualmente un grado eficaz de competencia en habilidades emocionales es fundamental para un satisfactorio funcionamiento social, lo que influye en la adaptación psicosocial y escolar.